En la asignatura
Procesos de aprendizaje e instrucción de lenguas, tuvimos un debate muy interesante entre los compañeros. Teníamos que analizar dos manuales de ELE prácticamente iguales: uno enfocado a un contexto de aprendizaje en inmersión lingüística y viceversa. A partir de esta actividad surgió un debate muy interesante que además me influye, pues trabajo como profesora de ELE en un contexto de inmersión, pero no en España, y la variante dialectal que me encuentro en los manuales no es siempre la que se encuetran mis alumnos fuera del aula. De hecho, a partir de este debate ha surgido la idea para mi TFM, así que son de suma importancia para mí las reflexiones que aparecen en esta muestra. La muestra puede encontrarse en el tablero del grupo 10 de la asignatura
Procesos de aprendizaje e instrucción de lenguas:
YO
Nos pasa que como españoles que somos
(y los manuales que yo conozco se diseñan y se hacen en España) tendemos a
mirarnos al ombligo y no nos damos cuenta de que somos un país más de muchos
donde se habla español. Yo he de reconocer que hasta que no he vivido en
Latinoamérica también me olvidaba del resto. El manual de Aula estaría justificado
en un contexto de inmersión, pero sólo en España. Para mis alumnos en inmersión
en Chile les sirve muchísimo más el de Aula Internacional [contexto no
inmersión]. Es muchísimo más significativo para ellos un texto sobre Buenos
Aires, que está a dos horas de vuelo de Santiago, que Gijón.
(…) Creo que equivocan totalmente el concepto de inmersión o no inmersión, como
si la única inmersión que se da con el español fuera en España. Es más, cuando
pregunto a mis alumnos porque decidieron aprender español, la mayoría destaca
como principal ventaja que se habla en muchos países. Si el español sólo se
hablara en España no sería tan popular.
(…) ¿De que sirve cambiar dos fotos y sustituirlas por dos de países de
Latinoamérica?
MARIELLE
Desde mi perspectiva latinoamericana,
en el camino me he topado con esta limitante una y otra vez, muy a menudo el
material se concentra en temas españoles. Estoy acostumbrada a ello, a veces es
cansado, porque la realidad es otra, nuestra variedad de alumnado tiene derecho
a pedir de todo un poco. La solución que le he puesto a estas situaciones es
tomar las ideas de la actividad, proyecto, ejemplo, etc. de los manuales y
simplemente las adapto a las necesidades del curso. Hay mucho material en
Internet y siempre terminamos aprovechando y aprendiendo de por aquí y por
allá. Sería interesantísima la revisión de un método concentrado en América
Latina.
ESTHER
En cuanto a lo que comentas sobre el
español de Latinoamérica, personalmente prefiero que haya manuales específicos
para ello. Me refiero a la parte de contenidos lingüísticos y no de cultura. Me
parece que es imposible dar una clase en español y explicar los diferentes
significados de una palabra en cada país de habla hispana. Sí, dar pinceladas
culturales pero, creo, que debemos de escoger un tipo de español para crear un
manual.
YO
Intento responder a las cuestiones que
lanzáis. Yo ahora mismo estoy en un momento de descubrir eso precisamente, que
los manuales que tenemos al alcance de la mano reflejan muy poco las variantes
de Hispanoamérica. Esto también ocurre porque, que yo sepa, no hay editoriales
que se dediquen a los manuales de ELE en estos países, y España es el principal
productor de este tipo de materiales. Es difícil para un equipo de españoles
conocer todas las variantes que se producen en América Latina. Quizás la
solución pasaría por contratar especialistas de estos países que enriquecerían
sustancialmente el resultado.
Como también
señala Esther, es imposible atender a todas las variantes de español. Por
ejemplo, en Chile, el español es muy diferente a otros lugares. Si sólo se
enseñara este tipo de español, los estudiantes que viajaran a otros lugares en
los que se comparte el idioma se encontrarían con dificultades para comprender
e incluso hacerse comprender. Hay que tener cuidado en ese sentido, y buscar un
punto intermedio para todos. Es decir, hacer manuales por país o región, no
creo que fuera muy buena idea.
(…) Creo que
tienes mucha razón, y como decía más arriba es difícil dar cabida a todos los
elementos del mundo hispanohablante, aparte de que tampoco sea muy
recomendable, porque hay cosas que sólo se entienden en un determinado lugar y
no sirven para el resto. Si que es cierto que para el profesor de español que
proceda de Latinoamérica puede ser complejo lidiar con material de España y
centrado en España. Durante mis prácticas con un grupo de B2 estuvimos viendo
diferentes expresiones que se utilizan en español para marcar acuerdo o
desacuerdo. La gran mayoría eran expresiones que se usan en España. Al terminar
la clase me reconoció que le había venido muy bien que yo hubiera dado esa
parte porque muchas expresiones no las entendía, de hecho había una que él
hubiera dicho que era de aprobación y venía a ser todo lo contrario. O por
ejemplo, en una actividad había una parrilla de programas de televisión (todos
canales españoles) y había que clasificar qué tipo de programas eran. A la
profesora le era difícil saber en ocasiones a qué tipo de programa televisivo
pertenecían, pues desconoce totalmente el tema.
Recuerdo pensar,
bueno, yo hubiera traído una planilla del periódico con los programas chilenos,
o hubiera cambiado las expresiones que no conozco o no se usan aquí por unas
que tuvieran más sentido en ese contexto. Lo que vengo a decir, es que a lo
mejor es más trabajo para el profesor, pero tampoco se puede seguir el libro a
pies juntillas. Está claro, que a veces, ni aunque seamos españoles nos va a
servir para todos nuestros propósitos.
De todos modos,
sigo sin ver el sentido a esos pequeños cambios en estos libros para dar cabida
a dos tipos de contextos. Para eso yo lo hubiera dejado igual, la verdad.
Quizás se puedan hacer distintos libros del profesor proponiendo otros
itinerarios o soluciones para contextos diferentes. De este modo se ayuda a los
profes si es que a ellos no les sale de manera natural.
RELACIÓN CON MI TFM
Como comentaba más arriba, a raíz de este debate se me ocurrió el tema sobre el cual investigar para mi TFM. Recientemente hemos tenido que trabajar al respecto para la asignatura Investigación en didáctica de ELE. En la siguiente muestra, perteneciente a una de las actividades que hemos tenido que realizar para la asignatura, expongo cuál es la pregunta de investigación sobre la que quiero trabajar y su justificación como objeto de estudio no sólo general sino también personal:
¿Cómo aborda el profesorado de ELE en Chile las diferencias entre la variante de español que se habla en el país y aquella que encuentran los manuales con los que trabajan?
Considero
que la pregunta responde a una problemática que encontramos los profesores de
ELE que enseñamos español en lugares de Latinoamérica, y particularmente en
Chile, el país donde resido actualmente y trabajo.
Quiero
primero exponer brevemente el contexto de ELE que nos encontramos aquí. En
general, la enseñanza de ELE en Chile no está demasiado extendida, aunque si
bien en los últimos años cuenta con un repunte en la demanda -debido al interés
que sienten muchos extranjeros por el país al gozar de mayor estabilidad
económica y seguridad que sus vecinos de Latinoamérica- esta sigue sin estar a
la altura de la demanda. La mayoría de clases tienen lugar en un contexto no
formal y no hay mucha oferta de centros privados que ofrezcan clases español.
Como
profesores, nos encontramos con que la primera dificultad es tener acceso a los
materiales editados de ELE. No hay librerías especializadas en idiomas, y si
las hay, la mayoría se centran en la enseñanza de otros idiomas extranjeros,
pues no se tiene en cuenta la realidad de las personas extranjeras que no
hablan español en Chile. Hasta donde yo sé, no se publican materiales de ELE en
Chile y todos han de ser importados. La lejanía del país y los altos aranceles
a la importación hacen que los libros se encarezcan con respecto a su precio
original, además del tiempo de espera. Una vez estos libros llegan nos
encontramos con que responden muy poco a la realidad lingüística y cultural del
país.
En mi
corta experiencia como profesora de español he percibido que los alumnos no
siempre conocen el léxico o las expresiones que aparecen en los libros, aun
perteneciendo a niveles medios o altos. Una labor que siempre debo hacer es
explicar que ciertos aspectos que aparecen en los libros sólo son válidos en
España. En cuanto a los aspectos culturales la realidad española predomina
sobre la latinoamericana, siendo esta muchas veces relegada a algo anecdótico y
siempre relacionada con el turismo o lo exótico. En conclusión, los manuales no
siempre están a la altura de que lo que los estudiantes se van a encontrar
fuera del aula, y en concreto la variante chilena, que por desconocida y
diferente, no se ve reflejada en ellos. Es tarea de los profesores adaptar los
materiales, discernir entre lo que vale y no y buscar alternativas que sean
útiles para los aprendientes, en el país y fuera de él. Es importante saber
reconocer la norma, el estándar y darle valor a los aspectos de la variante
local que puedan tener relevancia para ellos.
Mi
objetivo con esta investigación es averiguar cómo se enfrentan los profesores a
esta situación, en las que muchas veces lo enseñado no coincide con lo que aparece
en los manuales u otros materiales de ELE que están al alcance de la mano. Creo
que además va a serme de gran ayuda en mi labor como profesora. Digamos que
ahora mismo me guío por instinto, pero tener certitud acerca de esta
problemática, cómo se aborda por parte de los docentes y qué soluciones se
buscan al respecto, puede ser de gran utilidad a la hora de encontrar
respuestas y conseguir que los estudiantes aprendan con mayor coherencia
respecto al contexto real que se encuentran fuera del aula.
Además
de para mí, creo que la pregunta tiene un interés general. No he hecho una
investigación muy exhaustiva todavía, pero sí he encontrado bibliografía que
trata el tema de las diferentes variantes de español en los métodos de ELE o la
presencia del español y aspectos culturales de América Latina en los métodos
con los que se trabaja. Creo que puede ser de utilidad para tener una base de
la cual partir y saber a dónde dirigir las preguntas que surjan de la
investigación. El debate sobre el tema también ha surgido entre los compañeros
del Máster.
En la
asignatura de Procesos de aprendizaje e
instrucción de lenguas tuvimos un interesante debate acerca de unos manuales
que nos tocó comparar al estar focalizados uno en un contexto de inmersión
(aunque sólo en España) y otro en un contexto de no inmersión. Fue curioso ver
cómo las personas que estamos más familiarizadas con la enseñanza de español en
Latinoamérica teníamos las mismas impresiones al respecto de los métodos de ELE
y su aplicación en nuestro contexto de enseñanza.
Por
todas estas cuestiones, considero que la pregunta que planteo tiene un interés
real, general y personal, y que además puede dar pistas sobre las soluciones o
las estrategias a emplear al respecto.